Razas autóctonas: castellana y churra

En el mundo de la ganadería, las razas autóctonas, castellana y churra, tienen un valor incalculable. Son el resultado de siglos de adaptación al entorno y representan un legado cultural y económico que conecta a las comunidades rurales con su historia. Entre estas razas, las ovejas castellana y churra destacan como dos de las más importantes de España. Originarias de la región de Castilla y León, estas razas no solo son fundamentales para la producción de carne y leche, sino también para la conservación de prácticas ganaderas tradicionales.

Razas autóctonas castellana y churra

Recuerdo mi primera visita a una explotación ganadera en la provincia de Zamora, donde me presentaron a estas dos razas. Al ver a las ovejas pastar en campos abiertos y hablar con los ganaderos, entendí la profunda conexión entre estos animales y el modo de vida de las comunidades locales. Cada detalle, desde su alimentación hasta los productos que generan, estaba impregnado de tradición.

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Origen e historia de las razas castellana y churra

La oveja castellana y la churra son razas ovinas autóctonas de España con una historia que se remonta a la Edad Media. Ambas surgieron como resultado de la adaptación al clima y los pastos de la Meseta Norte, en especial en la región de Castilla y León.

La raza churra se considera una de las más antiguas de Europa. Su nombre proviene del término «churro», en referencia al aspecto rústico y desenfadado de su lana. Por otro lado, la oveja castellana se desarrolló como una variante más especializada en la producción cárnica y de leche, siendo clave en la economía rural durante siglos.

Durante mi recorrido por Castilla y León, los ganaderos compartían historias de generaciones pasadas, en las que estas ovejas eran esenciales no solo para la alimentación, sino también como moneda de cambio y símbolo de riqueza.

Características morfológicas y productivas

Oveja castellana

La oveja castellana es conocida por su resistencia y capacidad de adaptación a entornos adversos. Entre sus características más destacadas están:

  • Tamaño mediano: Los machos pueden pesar hasta 80 kg, mientras que las hembras alcanzan los 50-60 kg.
  • Lana blanca y uniforme: Aunque su lana no es muy apreciada comercialmente, cumple una función protectora en climas extremos.
  • Producción mixta: Es una raza productora de carne magra y sabrosa, así como de leche de alta calidad utilizada para elaborar quesos tradicionales como el manchego y zamorano.

En una quesería de Zamora, pude probar un queso elaborado con leche de oveja castellana. Su sabor único, rico y ligeramente picante, era un reflejo del esfuerzo y cuidado que se pone en su producción.

Oveja churra

La oveja churra destaca por su rusticidad y alta productividad. Es muy valorada en la industria quesera y cárnica por las siguientes razones:

  • Aspecto rústico: Presenta lana blanca con manchas negras o marrones en la cabeza y las extremidades.
  • Alta producción lechera: Su leche, rica en grasas y proteínas, es ideal para la elaboración de quesos DOP como el queso zamorano.
  • Carne de calidad: La carne de lechazo churro es muy apreciada por su ternura y sabor.

En mi visita, un ganadero explicó cómo la raza churra sigue siendo fundamental para la economía local. Mostró con orgullo a sus ovejas, enfatizando que su leche era la base de algunos de los quesos más premiados de la región.

Importancia económica y cultural

Ambas razas son fundamentales para las comunidades rurales de Castilla y León. No solo generan ingresos a través de la venta de carne, leche y quesos, sino que también mantienen prácticas tradicionales como la trashumancia, donde los rebaños recorren largas distancias en busca de pastos.

Además, el queso zamorano, elaborado con la leche de estas razas, ha ganado reconocimiento internacional gracias a su Denominación de Origen Protegida (DOP). Es un ejemplo claro de cómo los productos derivados de las ovejas castellana y churra pueden trascender fronteras, llevando consigo el nombre de su tierra.

Conservación y desafíos actuales

A pesar de su importancia, ambas razas enfrentan desafíos significativos. La reducción del número de explotaciones familiares, el cambio climático y la competencia con razas más productivas han puesto en riesgo su conservación.

Sin embargo, iniciativas como programas de cría selectiva y el apoyo gubernamental para la ganadería sostenible están ayudando a protegerlas. Durante mi visita, los ganaderos expresaron su esperanza de que las nuevas generaciones comprendan el valor de estas razas y continúen su legado.

Las razas autóctonas castellana y churra son mucho más que animales de granja: son un símbolo de la rica tradición ganadera de Castilla y León. Su papel en la producción de alimentos de calidad y en la preservación de prácticas culturales las convierte en un tesoro nacional que merece ser protegido.

Si alguna vez tienes la oportunidad de visitar la región, no dudes en conocer a estos increíbles animales y probar los productos derivados de su leche. Te aseguro que descubrirás un sabor y una historia que permanecerán contigo.

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